La escalera

Mejor entender a la escalera como una metáfora de sí misma, aunque no se sepa que significa eso.

Entonces Yavé Dios dijo: “Ahora el hombre es como uno de nosotros, pues se ha hecho juez de lo bueno y de lo malo. Que no vaya también a extender su mano y tomar del Arbol de la Vida, pues viviría para siempre”.

Y así fue como Dios lo expulsó del jardín del Edén para que trabajara la tierra de la que había sido formado.

Habiendo expulsado al hombre, puso querubines al oriente del jardín del Edén, y también un remolino que disparaba rayos, para guardar el camino hacia el Arbol de la Vida.

Génesis, 3: 22-24

De primera impresión, la escalera lucía como cualquier otra. Del suelo hacia arriba, en un ángulo de cuarenta y cinco grados a un próximo y distante nivel. Innumerables escalones enchapados en granito azulado se perdían en la distancia.

No se sabe quién hizo la escalera o hacia dónde llegaba. Cada vez que alguien intentaba subirla el pie le pesaba un quintal, y con cada escalón se duplicaba su peso hasta finalmente inmovilizarlo. Nadie había logrado pasar del sexto escalón. La osamenta de algún incauto marcaba los límites del cuerpo.

Si en efecto era imposible llegar al tope de la escalera, ¿qué propósito pudiera tener? Algún optimista ha sugerido que la presencia de la escalera es prueba fehaciente de la esperanza.  Tengo mis dudas.

Mejor entender a la escalera como una metáfora de sí misma, aunque no se sepa que significa eso.